Los juegos
de pokémon han sabido entretener usando una fórmula simple. Atrapar, entrenar y
coleccionar. Algo que llego a ser monótono
hasta el punto de que la franquicia necesitaba de manera urgente un aire de innovación.
Este título nace de esa necesidad.
Indudablemente
este título toma en cuenta uno de los puntos más demandados por los fans desde
hace tiempo: una versión de pokémon en un mundo tridimensional, y lo hace en
grande. La ambientación del juego no se compara con ninguna entrega anterior,
es una propuesta de un mundo tridimensional con escenarios increíbles e iluminación
muy bien lograda.
Y ni hablar
de las batallas, las animaciones de los ataques son más que impactantes. Los pokémon
se ven más vivos que nunca y aunque los efectos de sonido no sorprenden, hacen
un buen trabajo. Sumado a eso, la historia es un poco más variada que antes,
ahora no es solo ganar la liga y atrapar los pokémon legendarios. Ahora existe
un trasfondo “milenario” en el cual no
entraremos en detalle para no spoilear mucho.
Algunos elementos
negativos…
A pesar de
las gratas y bienvenidas añadiduras, el juego se aferra a la estructura
original lo que repercute en un sistema de combate muy repetitivo hasta más no
poder. Claro está, el juego engancha pero después de un rato las cosas se
empiezan a pareces demasiado a lo que ya habíamos visto anteriormente en otras
entregas.
En conclusión,
un buen titulo para mantenerse ocupado un rato y para atesorar como una de las
mejores entregas hasta la fecha de esta franquicia, la cual otorga un respiro a
la muy explotada serie (punto que se refleja en el diseño de varios de los
nuevos pokémon, algunos de los cuales carecen de imaginación).
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